Besalú, un viaje a la época medieval
Besalú es un pueblo en la provincia de Girona que se encuentra entre tres comarcas: l’Alt Empordà, el Pla de l’Estany y La Garrotxa. Lo atraviesan los ríos Capellada, al norte, y el Fluvià, al sur. Destaca su arquitectura medieval que se remonta al reinado de Guifré el Pelós, a finales del siglo IX, cuando Besalú se convirtió en un condado independiente que, con el tiempo, logró ser uno de los más importantes de Cataluña.
Su territorio se extendía desde los valles de Camprodon hasta Banyoles y Figueres, uniendo tierras agrícolas y comerciales con pastizales. Por todo ello, era el núcleo central del territorio que ocupaba. Actualmente, la principal actividad económica es la industria y el turismo.
Qué ver
Conocer la historia del pueblo de Besalú invita a visitarlo y, de esta manera, ser testigos de una época que ha marcado un antes y un después no solo en este municipio, sino también en muchas localidades del resto del país.
El estilo medieval que caracteriza a Besalú lo hace único y especial.
Un punto emblemático para comenzar la visita es el pontón que cruza el río Fluvià. Es un majestuoso puente de piedra con ocho arcos. De estilo románico, construido en los siglos XII – XIV, daba entrada a la fortificación de la villa condal. Está declarado bien cultural de interés nacional.
Al entrar en el pueblo, te darás cuenta del estilo medieval del municipio paseando por sus calles empedradas y verás los monumentos presentes, sobre todo en el casco antiguo de Besalú. Estos dan un gran valor e importancia a todo el municipio, convirtiéndolo en una de las mejores muestras medievales de toda Cataluña.
Continuando por la calle del Puente Viejo, encontrarás una bifurcación:
A la derecha, la calle del Maestro Abraham des Catllar. Quizás te llame la atención las sillas de hierro clavadas en las escaleras o colgadas en las fachadas de los edificios. Son unas esculturas que se hicieron en un encuentro internacional de jóvenes artistas en Besalú en el año 1994. Algunas de las obras realizadas quedaron integradas en el paisaje de Besalú.
Puedes seguir hasta la calle del Rocafort donde se encuentra el Portal de Rocafort, la antigua entrada a Besalú, donde comenzaba la muralla de 12 m que rodeaba el pueblo bordeando el río. Se cree que el aspecto actual data de una reforma del siglo XIV, aunque fue construido en el siglo XI.
Justo en la esquina de la muralla se puede subir al baluarte de la muralla, al Mirador de Besalú, desde donde se pueden contemplar las vistas de las tierras que formaban parte del condado medieval y ver todo el trazado de la villa.
Volviendo atrás, puedes buscar un antiguo pozo del pueblo situado en la misma calle. Toma un desvío por la calle de la Força para ver el arco del Portal de la Força. Daba acceso al recinto de la Força, el recinto fortificado visigodo, que se abrió por la reforma de las murallas al construir el castillo.
A la izquierda, si no se toma la bifurcación, se encuentra la Judería. Se trata del Call Judío donde esta comunidad se estableció antes de ser expulsada en el siglo XV.
Allí se encuentra la Placeta de los judíos, donde se encuentra la antigua Sinagoga medieval y los baños judíos con un Micvé. Las restos se encuentran muy bien conservados y también se encontró documentación de época medieval. El conjunto está protegido como Bien Cultural de Interés Nacional.
Abajo, junto al Fluvià, se encuentra la Muralla del Portalet, un portal que cierra el recinto amurallado.
En ambos casos, seguid por la calle Mayor hasta la Plaza Mayor o Plaza de la Libertad, la plaza central del pueblo, con bóvedas, donde se ubica el Ayuntamiento.
Continuad recto hasta el final de la calle, girando a la derecha, se encuentra la Església-Hospital de Sant Julià, datada del siglo XII. Fue construida por los condes de Besalú para atender a las personas que venían en peregrinaje.
Continuando por la calle de la Font, que sigue un recorrido circular, podrás ver el Molino Harinero d’en Subirós. Construido en el año 977 por el mismo conde en beneficio del Monasterio, se utilizaba para moler el grano aprovechando la fuerza hidráulica del agua.
Luego llegarás a la Plaza Prat de Sant Pere, donde se encuentra el Monasterio de Sant Pere de Besalú, con una estructura de arquitectura románica y un campanario gótico.
Continuando hacia adelante, pasarás por la Casa Cornellà o Casa Llaudes, uno de los edificios románicos mejor conservados de Cataluña. Ha sido modificado posteriormente a su construcción, pero, a pesar de ello, conserva sus elementos más antiguos, pertenecientes al siglo XII. Fue construida por una de las familias más acomodadas de Besalú, la familia Cornellà. Cuando en el año 1476 fue comprada por la familia Llaudes, le pusieron a la casa su propio nombre. La edificación forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.
Todavía quedan más edificios religiosos por ver, uno de ellos es la Iglesia Sant Vicent de Besalú, un poco más arriba. Se trata de una construcción que combina el estilo románico con elementos de transición al gótico. Es la antigua parroquia del pueblo y guarda la tumba gótica de Pere de Rovira, que en 1413 llevó las reliquias de San Vicente hasta Besalú.
El otro es la iglesia de Santa Maria de Besalú, de la cual solo se conserva una parte del ábside. En sus orígenes, era una capilla sencilla que a partir de 1137 fue la sede de una comunidad agustiniana, también fue reedificada como iglesia del castillo. Su campanario fue destruido en 1938 durante la Guerra Civil.
El castillo de Besalú data del siglo X y fue construido sobre la colina que guarda restos de Santa Maria desde la Edad Media. La construcción de diferentes edificios permite imaginar y situar a los visitantes en la presencia de esa época.
Se conservan los cimientos de la Torre Redonda, construida durante el siglo XI, que formaba parte del sistema defensivo del castillo.
Otra, un poco más allá, es la Torre Lardera, de unos 9 metros de diámetro construida a base de sillares de piedra. Su nombre aparece en un documento datado en el 1075.
Enfrente está la Casa medieval, un hallazgo arqueológico de las ruinas de una vivienda medieval donde se encontraron restos de cerámica, tejas romanas, anzuelos de pesca, pesas de telar y restos de una cerradura de hierro.
Al otro lado de la carretera, alrededor de una zona de picnic, se encuentra la Iglesia de Sant Martí de Capellada. Es una capilla de los siglos XI-XVII, de arquitectura románica. Tiene una planta rectangular, un ábside y un campanario, con una puerta de arco de medio punto.
Qué hacer
En el pueblo hay numerosas tiendas donde comprar regalos y souvenirs o productos típicos.
Sobre todo si se va en familia, puede ser una buena idea tomar el tren turístico que recorre las callejuelas empedradas y los principales atractivos medievales. Hay una ruta urbana que pasa cada hora, gratuita para menores de 5 años, y una ruta románica de 2 horas.
En la Plaza Prat de Sant Pere, la misma que el Monasterio, se encuentra Circusland, un museo dedicado al circo donde antes había el Museo de Miniaturas y Microminiaturas de Besalú. También se puede comprar en un pack con el tren.
Finalmente, Besalú destaca por la naturaleza de su entorno y tierras agrícolas: cuenta con un anillo verde y se pueden hacer itinerarios saludables por la orilla del río Fluvià. También hay algunos caminos que antiguamente se utilizaban para ir a los pueblos de los alrededores. Además, está cerca del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
Gastronomía
La gastronomía de la Garrotxa es una gastronomía muy rica en sabores y se caracteriza por utilizar alimentos de la zona: una zona volcánica muy lluviosa y fértil. Sobre todo, son cultivos de secano y bosques.
De esta manera, cuenta con rasgos de la cocina de montaña como las setas, los caracoles, las especias y el uso de cereales. En cuanto a legumbres, son muy conocidos los fesols de Santa Pau y el farro o las farinetas de fajol. También se elaboran embutidos de mucha calidad: son famosas la butifarra y el jamón de Olot y Castellfollit. En algunas pastelerías se puede encontrar el Tortell entorxat d’Olot.
La bebida típica por excelencia es la Ratafia, un licor hecho con nueces y aguardiente típico de los Pirineos catalanes y especialmente de la Garrotxa.
Dónde comer
Besalú es un buen lugar para quedarse a comer debido a la cantidad de restaurantes, tabernas, cafeterías y terrazas que tiene.
Principalmente elaboran una cocina tradicional catalana, mediterránea y de proximidad: carnes a la brasa, asados, embutidos locales, diversas ensaladas y pescado a la plancha, entre otros. Pero se pueden encontrar opciones para todos los gustos y necesidades: pizzerías, brasseries, buffets libres, menús para celebraciones.
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Dónde dormir
En un pueblo tan dedicado al turismo, las opciones de alojamiento son muchas y muy diversas. Dentro de las murallas se pueden encontrar una gran cantidad de hoteles y apartamentos.
Fuera del pueblo y en toda la zona de la Garrotxa, se pueden encontrar muchas casas rurales, hoteles rurales y apartamentos rurales ideales para practicar diversas actividades al aire libre, como paseos o rutas. Tienen diferentes características, como piscina, chimenea o jacuzzi. En cuanto a ubicación, pueden estar cerca del río, en el entorno que rodea al río Fluvià, o en la montaña, como el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
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Fiestas
La villa condal de Besalú celebra en septiembre su famosa feria medieval, conocida como Besalú Medieval. El pueblo viaja mil años atrás para dar a su centro histórico un aspecto caracterizado por un estilo medieval que ha vestido siempre el territorio. Tanto el conjunto histórico como arquitectónico dan al pueblo un aire realista de la época que se acompaña de tiendas y decoración especial, además de diferentes actividades para todas las edades.
En el Puente de la Purísima de diciembre se celebra la Feria de la Ratafia, donde un grupo de expertos elige la mejor ratafia del año de Besalú. La muestra, degustación y venta de ratafías de Cataluña tiene lugar en la Plaza de la Libertad y mercado de productos típicos y artesanos en la de Prat de Sant Pere.
Mejor momento para visitar
Las mejores épocas para visitar Besalú son la primavera y el otoño, ya que son los momentos más adecuados para hacer salidas a la montaña y practicar deportes al aire libre. Sin embargo, en invierno también se puede disfrutar de un encanto particular, con las decoraciones navideñas y la venta de turrones y castañas calientes. En verano, la cantidad de turismo puede ocultar la esencia del pueblo.
Imprescindibles
- Pasear por el Puente Viejo de Besalú.
- Conocer el antiguo barrio judío.
- Visitar el Monasterio de Sant Pere.
- Explorar el entorno natural de Besalú.
Qué ver cerca
Puedes visitar los pequeños núcleos de población de los alrededores: Sant Ferriol, Fares, Dosquers, Palera, su Santuario y Sant Pere de Lligordà, Beuda y Maià de Montcal.
De camino a Olot, también hay un pueblo con mucho encanto: Castellfollit de la Roca. Su peculiaridad es que se encuentra sobre un risco basáltico de 50 metros de altura.
La capital de la comarca es Olot, una ciudad que se encuentra dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Ver los volcanes inactivos en el Parque es una experiencia impresionante que no te puedes perder. También es imprescindible dar un paseo por el entorno de primer nivel de la Fageda d’en Jordà, una zona con tramos de vegetación muy diversos y un gran patrimonio natural.
Por último, Besalú está muy cerca de Banyoles, al sur. No pierdas la oportunidad de dar la vuelta al Estanque de Banyoles y descubrir toda su biodiversidad de flora y fauna.
Cómo llegar
Por carretera: Desde Girona, al sur, son 38 minutos por la carretera C-66. Tomando la A-26, está a 20 minutos de Olot. Desde Barcelona, se tarda aproximadamente 1 hora y 30 minutos y se recomienda tomar la AP-7. Está a unas 2 horas y 20 minutos de Lleida, por la C-25. Para dirigirse hacia los Pirineos se puede tomar el Eje Pirinenc/N-260.
En transporte público: Besalú no está bien comunicado para hacer trayectos largos, pero hay un autobús TEISA que hace el trayecto Girona – Olot, pasando por Banyoles, Besalú, Castellfollit de la Roca, etc.
