Sant Pere Sallavinera
Aislado del ruido e inmerso en la tranquilidad de la vida rural encontramos Sant Pere Sallavinera, un municipio situado en la parte norte de la comarca de l’Anoia y lleno de estrechas y empedradas calles. Su nombre proviene de la parroquia formada en el castillo de Sallavinera que se encontraba en la actual población de la Llavinera.
Este territorio ha sido escenario de mitos y leyendas, tierra de comerciantes, bandoleros, pequeñas iglesias o castillos que aún se ocultan. El paisaje destaca por los grandes contrastes entre las zonas forestales y las planicies. Las principales actividades económicas de la zona son la agricultura de secano (cereales, legumbres y forraje) y la ganadería.
La historia del pueblo gira en torno al Castillo de los Boixadors, situado en el Turó de los Boixadors, a 848 metros de altitud, desde donde se puede contemplar toda l’Alta Anoia. El conjunto arquitectónico es de origen medieval del siglo XI, de transición entre el románico y el gótico. Destacan diversas dependencias, la torre principal circular del homenaje, una impresionante sala gótica con grandes arcos apuntados, ventanas góticas y dos portaladas adoveladas.
Al lado del castillo, también se incluye en el recinto amurallado la iglesia románica de Sant Pere, del siglo XI, aunque con posteriores modificaciones, como el campanario de pared con dos aberturas. La iglesia, datada en 1014, es el edificio más antiguo del término. Un año más tarde, se construiría el castillo, en aquella época formaba parte de la marca de la Segarra.
En el pueblo, se encuentra la Iglesia parroquial de Sant Pere Sallavinera, un edificio románico y de arquitectura popular del siglo XI.
En los siglos XVII y XVIII, la industria manufacturera de harina dotó de importancia a la localidad. Fueron testigos de ello la casa molino de Boixadors, originariamente un molino harinero que ha albergado a la familia Bosch durante ocho siglos, y Cal Ribalta, un gran casal del siglo XVII, construido en el siglo XVII.
Existen diversas rutas para hacer en bicicleta o a pie.
- De Sant Pere hasta el castillo de Boixadors se puede realizar una ruta de 8 km en bicicleta BTT.
- Existe otra ruta que recorre la antigua vía de trashumancia, desde donde se pueden ver las rocas agujereadas. Estos agujeros han sido identificados como cuevas sepulcrales o ermitas altomedievales, hornos. En el camino de Seguers también se encuentra una curiosa roca agujereada medieval, llamada del Collet dels Pastors.
Algunas de las poblaciones que se pueden visitar en sus alrededores son Calaf, La Llacuna, Castellfollit del Boix, Igualada y Cervera.
La mejor manera de conocer la zona es alojarse en las casas rurales distribuidas por el territorio y rodeadas de la naturaleza; muchas de ellas son antiguas masías rehabilitadas que incluyen todas las comodidades. Además, también existen hoteles rurales y casas de pueblo. Puedes consultar toda la oferta de l’Anoia y l’Alta Anoia en Guiacat.
En cuanto a la gastronomía de l’Alta Anoia, destacan los legumbres como el cigronet (de pequeño tamaño y sabor intenso), y otros productos locales de alta calidad como el aceite de oliva, los embutidos, los quesos de cabra, los panes y las cocas o los carquinyolis. Se preparan muchos guisos de carne, como la palada, o los platos con bacalao. En Sant Pere de Sallavinera, hay un único restaurante: el Restaurant la Pala, que justamente toma el nombre del guiso, donde sirven platos tradicionales en un ambiente familiar y acogedor.
La mejor época para visitar la zona es entre principios y finales de verano, otoño y primavera, cuando todavía no hace frío. El clima es seco, por lo que las diferencias de temperatura son más extremas. En julio, en la plaza de Sant Pere, se organizan las Nits Culturals, que incluyen conciertos de cámara.
La pequeña población está comunicada por el Eix Transversal C-25 y la carretera BV-1001.