Monasterio de Sant Joan de les Abadesses
El Monasterio de Sant Joan de les Abadesses fue construido por órdenes del conde catalán Guifré el Pilós con el objetivo de repoblar la zona en la que se encontraba porque había quedado deshabitada tras las luchas contra la ocupación saraína. Se fundó en el 887 y hasta el año 945 este fue el único monasterio femenino de toda Cataluña. De hecho, la primera abadesa del monasterio fue la hija de Guifré el Pelós, Emma, que convirtió el monasterio en uno de los más influyentes de la zona.
La abadesa Emma trabajó muy duramente para conseguir el objetivo de su padre y, cada vez que una doncella entraba en el monasterio, la familia daba una dote a la institución monástica.
Normalmente, estas dotes eran terrenos, por lo que el monasterio se convirtió en una institución con muchas tierras bajo su poder.
Finalmente, en el siglo XI los nobles expulsaron a todas las mujeres del monasterio tras acusarlas de llevar una vida alborotada y ellos se apoderaron de todo. Tras la expulsión de las abadesas el monasterio estuvo habitado por comunidades de monjes agustinianos y benedictinos, que mantuvieron el prestigio del monasterio a lo largo de los años.
La arquitectura de este monasterio cuenta con rasgos característicos de tres estilos diferentes: gótico, románico y barroco. Una de las partes más importantes es la iglesia dedicada a San Juan, que data del siglo XII y presenta características del románico. Este templo religioso es uno de los ejemplos más bellos y emblemáticos de la arquitectura monumental del siglo XII en Cataluña. En el interior de la iglesia hay una talla del Santísimo Misterio, una obra de transición entre el románico y el gótico que simboliza la caída de la cruz, y también se puede encontrar el retablo de San Agustín. Por otro lado, el claustro data del siglo XV y en el centro hay una pila bautismal del siglo XII.
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