
Caldes de Malavella, una localidad termal
Caldes de Malavella es una localidad de la comarca de la Selva que es conocida por su riqueza natural, histórica y cultural. Sus orígenes se remontan a la época romana. Se encuentra entre la Depresión de la Selva y la Serralada Litoral, un lugar donde ha habido muchos movimientos sísmicos a lo largo del tiempo. Como resultado, han surgido diferentes volcanes y fuentes termales y medicinales, uno de sus principales atractivos turísticos en la actualidad.
Qué ver
En este pueblo de la comarca de la Selva, encontraréis una gran cantidad de joyas arquitectónicas de diversas épocas. Esta ciudad se encontraba cerca de la Via Augusta y los romanos aprovecharon sus dos conjuntos termales, uno en el Puig de les Ànimes y el otro en el Puig de Sant Grau, para construir unas termas romanas entre los años 40 y 50 d.C.
En primer lugar, uno de los lugares que se deben visitar casi de manera obligatoria son las Termes romanes de Sant Grau. Las restos de estas termas, que datan del siglo I d.C., todavía se conservan en buen estado, y cabe destacar la gran piscina cuadrada donde los romanos se relajaban después de pasar largos períodos caminando por la Via Augusta o trabajando en los alrededores de la localidad.

Encima de las termas, se encuentra la Glorieta de Sant Grau, un templete construido hacia los años 1910-1915, de estilo noucentista que protege la Fuente de la Roqueta o de Sant Grau.

En cuanto a la época medieval, justo detrás de la Glorieta, en el centro del núcleo urbano de la localidad, encontrarás los restos del castillo medieval de Caldes. En la actualidad, todavía se pueden ver tres de las torres y una parte de la muralla.

Arriba, queda la Iglesia Sant Grau, una ermita del siglo XII que podría haber formado parte del Castell.

Además, en pleno centro histórico destacan las fuentes de agua termal, que se caracterizan por alcanzar una temperatura de 60 °C. Como ejemplo de arquitectura podemos encontrar el Temple de la font de la Roqueta.
Una fuente muy accesible es la Font de Sant Narcís.

También está la Font dels Bullidors y a su lado, la Casa Rosa, una vivienda de veraneo modernista. Mezcla formas trapezoidales, simétricas y cerámica. El Ayuntamiento lo adquirió a finales de siglo y ahora está destinado a usos públicos.

Por si no has tenido suficiente con aguas termales, el edificio modernista más importante de la localidad es el Balneario Vichy Catalán. Su fachada es de estilo neomozárabe-modernista y destaca por sus dos torres en el centro y otras dos en los extremos. El balneario está rodeado de jardines y zonas verdes que hacen del lugar un paraje cautivador.

En cuanto a la arquitectura popular, en la Plaza Sant Grau se encuentra Cal Pebrot, una casa incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Una de las dos ventanas conserva la fecha de 1679, separada por unas tijeras, lo que podría representar la profesión de quien vivía allí, posiblemente un sastre o un herrero. En la fachada destaca una baldosa con una representación de Sant Grau y la fecha 1984.

Además, se puede visitar la Plaza dels Polls, donde se celebraba el mercado medieval, y varias casas medievales como Cal Ferrer de la Plaza (situada en la plaza del Ayuntamiento) o Can Trelles (situada en la Plaza Pequeña).

La localidad aún guarda más edificios modernistas por descubrir, por lo que podemos pasear por la Rambla dels Recolons y la Rambla Rufí.

Allí encontraremos construcciones modernistas y neoclásicas de principios del siglo XX como la Torre dels Alemanys o la casa Bell-Estar.

En la misma Rambla Recolons, se encuentra la Casa Mas Ros i Xalet d’Antoni Mas, construida en el siglo XX con estilo modernista.

Enfrente, a su derecha, se encuentra la Església de Sant Esteve. Se trata de una bonita iglesia que combina elementos del románico y el barroco del siglo XI.

Más abajo de la rambla, se encuentra la Colònia Rodríguez, un conjunto de cinco viviendas independientes situadas en el núcleo urbano que antiguamente eran chalets y un ejemplo de la arquitectura de la época de las colonias textiles.

En esta área, en dirección oeste, no falta tampoco el Teatro-Cine de Caldes de Malavella, un equipamiento cultural para sus habitantes.
Continuando bajando por la Calle Mas Ros, se erigió el Memorial Mestre Mas Ros en honor a su obra como compositor de sardanas.

A las afueras del núcleo urbano, se pueden ver ejemplos del peculiar relieve que han dejado los movimientos sísmicos a lo largo del tiempo: podemos encontrar el cráter del Camp dels Ninots o el Puig de Sant Maurici, muy cerca de Caldes.

Qué hacer
La visita a Caldes de Malavella fascinará a cualquier visitante por la cantidad de actividades diferentes que se pueden hacer en el pueblo y por el contraste de la naturaleza que rodea la población y los edificios modernistas que nos transportarán a principios del siglo XX.
Los amantes de la naturaleza pueden optar por practicar un poco de senderismo gracias a dos rutas magníficas: la ruta de Riera Benaula y la ruta de Riera de Santa Maria.

Además, muy cerca de Caldes de Malavella se pueden hacer tres rutas de BTT: la ruta de las Ermitas, la ruta de Sant Maurici y la ruta de Camps de l’Onyar. Todos estos itinerarios se adentran en los bosques de la Selva y se caracterizan por sus encantadores arroyos y saltos de agua.

Gastronomía
No puedes irte de Caldes de Malavella sin probar los platos típicos de la comarca de la Selva, que te harán la boca agua.
Entre los platos estrella destacan el pato con peras, las perdices con coles, la ternera con setas y el jabalí con mermelada de fresa. De postre, puedes disfrutar de las galletas de Vichy acompañadas de un chupito de ratafía y, por supuesto, todo regado con un buen vaso de agua de Caldes.
Dónde comer
Hay varios restaurantes en la localidad que ofrecen una cocina basada en las recetas tradicionales catalanas y de proximidad. Además, puedes encontrar propuestas de cocina creativa y de mercado.
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Dónde dormir
Caldes de Malavella es famoso por sus balnearios, que también ofrecen la opción de alojarse y disfrutar de una estancia relajante. La comarca de la Selva cuenta con una gran oferta de alojamientos, sobre todo rurales en medio de la naturaleza. De estos hay de diversas tipologías según las necesidades: masías, casas rurales, con piscina o sin, chimenea, diferente capacidad…
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Fiestas
El segundo domingo de marzo, con motivo de la festividad de Sant Antoni Abat, se celebra la Feria de la Tierra de Caldes de Malavella. Se organizan actividades muy diversas en las que los animales son los protagonistas, como paseos en poni.
Durante todo el día, hay un mercado de productos artesanales y alimentación, con paradas de asociaciones protectoras de animales. También se realizan talleres y espectáculos infantiles, actividades solidarias y degustaciones de cervezas y queso.
Mejor momento para visitar
Caldes de Malavella se puede visitar en cualquier momento del año, ya que las temperaturas suelen ser suaves. En verano es cuando es más turístico, y en invierno se puede encontrar una imagen más diferente. Las estaciones de primavera y otoño son ideales para hacer rutas y practicar deportes en la naturaleza.
Imprescindibles
- Visitar la Iglesia de Sant Esteve.
- Ver las Termas Romanas.
- Llegar a las fuentes de aguas termales: Font de la Mina, La Granja y la Font de la Vaca.
- Relajarse en el Balneario de Vichy Catalán.
- Visitar el Castillo de Malavella.
Qué ver cerca
Esta localidad se encuentra a medio camino entre la Costa Brava y la Sierra de las Guilleries.
En Vidreres, se encuentra el Castillo de Sant Iscle, una bonita fortaleza en ruinas de entre los siglos XII y XV. Fue abandonado a principios del siglo, se conservan dos torres y parte de la construcción interior.
Hacia la costa, las poblaciones más cercanas son Blanes, Lloret de Mar, Tossa de Mar, Sant Feliu de Guíxols y Platja d’Aro. Ir a pasar el día es una buena idea, ya que se puede aprovechar para ir a la playa y también hacer el Camino de Ronda que bordea las calas y los acantilados de la costa.

También puedes acercarte a la capital de provincia, Girona, y perderte por sus encantadoras calles.

Cómo llegar
Caldes de Malavella está bastante bien comunicado.
Por carretera: Se tarda 1 h desde Barcelona por la AP-7 y menos de 30 min hasta Girona por la A-2. En dirección a Lleida se debería coger la C-25. Además, se tarda 13 min en coche desde el Aeropuerto de Girona – Costa Brava.
En transporte público: hay una estación de tren, donde para el tren de media distancia que va de Barcelona a Girona, y se puede llegar hasta Figueres y Portbou hacia arriba. Otra forma de llegar es utilizando el servicio de autobuses de la compañía Sagalés, en las líneas 201, 202 o 203, que realizan el trayecto desde Barcelona.