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Parque Güell, el Parque artístico de Barcelona

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El Parque Güell se encuentra en la parte alta de la ciudad de Barcelona, tocando en la sierra de Collserola y es uno de los jardines más emblemáticos de la capital catalana. Su diseñador es Antoni Gaudí, el máximo exponente del modernismo catalán, un estilo que se inspiraba en las formas naturales para las artes decorativas, así como también utilizaba formas exóticas y la estilización de los motivos que aparecían en sus obras. Le encargó Eusebi Güell y en 1926 se abrió como parque público. Posteriormente, en 1900 la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad.

En un principio, el parque se entendió como un conjunto de máxima belleza natural donde se situarían viviendas de gama alta con tecnología punta para que sus habitantes vivieran con la máxima comodidad posible. Tanto el diseñador Gaudí como el empresario Güell quisieron plasmar parte de los valores que los representaban. Por eso hay símbolos del catalanismo político, de la religión católica o de elementos mitológicos.

Fue en 1926, con la muerte del arquitecto, cuando el parque abrió sus puertas a los habitantes de la gran ciudad. En 1969, el Parque Güell fue declarado Monumento Histórico-Cultural de Carácter Nacional.

En cuanto a las formas y diseño del parque, combina la naturaleza del Turó del Carmel con las formas onduladas de las obras de Gaudí. En ella se encuentran varias columnas que tienen formas orgánicas y geométricas. Por otro lado, la mayoría de estructuras y esculturas están recubiertas de un mosaico de colores, técnica clave y la más conocida de las obras de Antoni Gaudí. De hecho, la intención de Gaudí era integrar los elementos arquitectónicos con el resto de árboles y vegetación del parque.

Una de las esculturas más destacadas del Parque Güell es la que hay en la escalinata que va de la entrada a la plaza central. Allí hay una figura de una salamandra recubierta de cerámica de colores que ahora ya se ha convertido en el icono del parque. De hecho, el dragón también forma parte de la infraestructura del parque. Cuando el agua recogida por las columnas es transportada hasta un depósito, la sobrante sale por la boca del dragón, dando la bienvenida al visitante y ofreciendo así una manera práctica para no inundar el parque.

El Parque Güell cuenta con una gran extensión, hasta unos 3.000 metros cuadrados que tiene los márgenes ondulados, en forma de serpiente, con el fin de seguir con la temática natural y la forma del dragón, figura emblemática del arquitecto. Para poder descansar y pasar una jornada calmada, en esta plaza hay bancos que se adaptan a la figura del cuerpo humano, ya que Gaudí también tuvo en cuenta la anatomía humana para diseñarlos.

En la parte alta del parque, Gaudí quería construir una capilla, aunque posteriormente decidió poner un monumento en forma religiosa con tres cruces. Estas cruces fueron destruidas durante la Guerra Civil, aunque se reconstruyeron poco más tarde, en 1939. Desde allí se puede disfrutar de una de las mejores vistas de Barcelona.

Es de camino a esta escultura, que en ella se encuentra la Casa-Museo Gaudí, lugar de residencia del arquitecto pocos meses antes de su muerte. Hay varias obras de la colección de Gaudí, también con la colaboración de otros artistas, así como las muestras de las esculturas de Carles Mani, un busto de Gaudí hecho por Joan Matamala y retablo de Josep Llimona.

El Parque Güell es, por tanto, un ejemplo de la combinación de arte y naturaleza dentro del urbanismo barcelonés. Engloba la técnica del quebradizo, una de las muestras más destacadas del arte de Gaudí, en un espacio ideal para pasear y disfrutar de las vistas de la ciudad. Es arte en uno de los parques más grandes de Barcelona.

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