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Sant Celoni, a los pies del Montseny

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En el extremo oriental de la comarca del Vallès Oriental, los macizos del Montseny y la sierra de El Guingueta forman el valle del Tordera. Es en este privilegiado lugar natural donde se sitúa la ciudad de Sant Celoni. El municipio también comprende un grupo de núcleos urbanos más pequeños, como Pertegàs, La Guingueta y Solivella. Otros, dispersos dentro del parque natural de El Guingueta, están formados por unas pocas masías. Es el caso de Olzinelles, Fusiosos y Carrilet.

Debido a que posee una red viaria muy completa, Sant Celoni se ha convertido en un punto estratégico para la comunicación entre Cataluña y Europa, el Montseny y los municipios de la costa, ambos de gran interés por el turismo. Hay que remarcar que la línea de ferrocarril de Barcelona a Portbou llegó al valle del Tordera en 1860. Todo ello ha hecho que, a lo largo de los años se haya impulsado el desarrollo demográfico, industrial y económico de la zona.

El 80% del territorio está formado por vegetación, sobre todo bosques. Robledos, encinares, alpineros y castaños se extienden entre los valles, las colinas y las sierras más altas, que oscilan entre los 600 y los más de 750 metros de altitud. A través de las rutas señalizadas que ofrecen los dos parques naturales de la zona, el del Montseny y el de Solivella y el Corredor, se puede llegar a conocer este bonito entorno natural y disfrutar de unas impresionantes vistas del valle del Tordera.

Uno de los encantos de la villa de Sant Celoni son sus espacios verdes. Existen varios itinerarios que se pueden practicar a pie y que, además de estar en contacto con la naturaleza, permiten conocer parte de su patrimonio histórico. Los más próximos al centro son el Maribaus, que recorre el trayecto del afluente de la rambla del Pertegàs; y el paseo del Pertegàs, un recorrido fluvial entre acacias, chopos, plátanos y desmayos. A lo largo del itinerario del valle de Olzinelles todavía se pueden ver hornos de pega (donde se destilaban resinas para obtener un producto pegajoso que servía para impermeabilizar varias superficies e iluminar las calles), pozos de hielo (donde se almacenaba la nieve), masías y árboles centenarios. Un poco más lejos, en el Pla de la Ferreria, en Obaga, se puede seguir el trazado de la antigua Via Augusta romana, que recorre la orilla del Tordera y lleva hasta el antiguo hostal que durante siglos acogió a los viajeros que iban de Barcelona a Girona. Y a tan solo quince kilómetros de la ciudad, se encuentra Les Geliteres, un humedal donde se puede observar la biodiversidad del río Tordera.

Los elementos históricos y arquitectónicos más relevantes de Sant Celoni se pueden visitar mediante un itinerario audioguiado. El recorrido incluye el Jardín de la Rectoría Vieja, que acoge Sant Martí de Pertegàs, la primera capilla de la villa (s. XI) y la Rectoría Vieja (s. XV); el barrio de la Fuerza y la muralla medieval, donde se puede acceder a una de las torres de defensa; y la calle Major. Éste posee gran parte del patrimonio histórico de la villa: las casas más antiguas y las casas señoriales del siglo XIX, la Plaza de la Villa, el ayuntamiento y la iglesia parroquial, que contiene un esgrafiado en la fachada de estilo renacentista. Otros puntos de interés son la biblioteca municipal, ubicada en un edificio modernista que acoge varias actividades lúdicas y culturales; la antigua casa de los dueños, Can Ramis, edificio del siglo XVI convertido en la sede de diferentes entidades de Sant Celoni; la Fuerza, o muralla, de la que se conservan algunas partes y dos torres y que ha sido declarada bien cultural de interés nacional; o el santuario de Puig de Bellver, construido de alto de una colina a 224 metros de altitud y que data del siglo XVI, aunque fue reconstruido en el año 1961 debido a los importantes desperfectos que sufrió durante la Guerra Civil.

Los otros núcleos urbanos de Sant Celoni, como La Obaga, Orzinelles o Pertegàs, cuentan con muestras de arquitectura medieval en las iglesias. La mayoría fueron reformadas durante los siglos XV a XVIII, por lo tanto, también presentan elementos de estilo gótico.

Otro atractivo de Sant Celoni es el Mercado semanal. Sus orígenes se remontan al año 1157 y durante los siglos XVI y XVII fue uno de los más importantes de Cataluña. Tiene lugar cada miércoles y sigue siendo un mercado de referencia para los habitantes de las comarcas vecinas. En ellas pueden encontrar todo tipo de productos y artículos, entre los que no faltan los embutidos catalanes y los Celonins, los dulces típicos de la villa que representan las dos montañas que lo rodean, el Montseny (de chocolate blanco) y el Carrilet (de chocolate negro).

Sant Celoni fue el pueblo natal del difunto cocinero, y ganador de tres estrellas Michelin, Santi Santamaría.

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